(Sermón 126, 1).
La fe, peldaño de intelección
“Las recónditas honduras del divino reino demandaban su creencia antes de llevarnos a su inteligencia; la fe, en efecto, es el peldaño de la intelección, y la intelección es la recompensa de la fe. Un profeta se lo dice abiertamente a todos los que, debiendo ser al revés, se precipitan a la búsqueda de la inteligencia sin dárseles nada por la creencia. Dice: Si no creéis, no entenderéis. Porque también la fe tiene una suerte de luz propia en las Escrituras, en la profecía, en el Evangelio, en los escritos de los apóstoles”
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