“Así, pues, como se define en otro lugar, es la fe anticipo para los que esperan, prueba de las cosas que no se ven. Si no se ven, ¿cómo persuadir su existencia? Y ¿de dónde procede lo que ves sino de un principio invisible? Sí, en efecto; tú ves algo para llegar por ahí a creer en algo; la fe en lo invisible se apoya en lo que vemos. No seas desagradecido a quien te dio los ojos, por donde puedes llegar a creer lo que todavía no ves”
(Sermón 126, 3).
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