“Pero ahora camina en la fe, ordena tu vida. El está muy en lo alto, fortalece tus alas. Cree lo que aún no puedes ver para merecer ver lo que crees. Vivamos como peregrinos, pensemos que estamos de paso, y no pecaremos. Antes bien, demos gracias al Señor Dios nuestro, que quiso que el último día de esta vida esté cercano y sea incierto”
(Sermón 301, 9).
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