“Así, pues, tres cosas son las que principalmente nos encarece el Apóstol que construyamos en el hombre interior: la fe, la esperanza y el amor; y, tras haber encomiado las tres virtudes, dice para concluir: La mayor de todas es el amor. Perseguid el amor. ¿Qué es, pues, la fe? ¿Qué la esperanza? ¿Qué el amor? ¿Y por qué es mayor el amor? Según la define cierto texto de las Escrituras, la fe es el contenido de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve. Quien espera algo, aún no posee lo que espera, pero mediante la fe se hace semejante a quien lo posee. La fe es, dice, el contenido de lo que se espera; aún no es la realidad misma que poseeremos, pero la fe está en su lugar. No se puede decir que no tiene nada quien tiene la fe o que está vacío quien se encuentra lleno de fe. Por eso es grande la recompensa de la fe: porque, aunque no ve, cree”
(Sermón 359 A, 3).
No hay comentarios:
Publicar un comentario