“Considerad cómo lo cumple. Hermanos, yo no pienso haberla alcanzado. Pero una sola cosa. ¿Cuál es esa única cosa sino el vivir de la fe, con la esperanza de la salvación eterna, donde existirá la justicia plena y perfecta, en cuya comparación todo lo transitorio es perjuicio y estiércol… si os creéis justificados por algún progreso de vuestra alma, con la lectura de las Escrituras que os descubra cuál es la verdadera y plena justicia, os halléis culpables, condenéis los bienes presentes por el deseo de los futuros, viváis de la fe, la esperanza y la caridad y comprendáis que lo que todavía creéis aún no lo veis, lo que todavía esperáis aún no lo tenéis y lo que aún deseáis todavía no lo cumplís. Y si tal es la caridad de los peregrinos, ¿cómo será la de los que ya ven la patria?”
(Sermón 170, 8).
No hay comentarios:
Publicar un comentario