Abraza a Dios Amor
“Nadie diga: no sé qué amar. Ame al hermano y amará el amor. Mejor conoce la dilección que le impulsa al amor que al hermano a quien ama. He aquí como puedes conocer mejor a Dios que al hermano; más conocido porque está más presente; más conocido porque es algo más íntimo; más conocido porque es algo más cierto. Abraza a Dios amor y abraza a Dios por amor. Es el amor el que nos une con vínculo de santidad a todos los ángeles buenos y a todos los siervos de Dios; nos aglutina a ellos y nos somete a Él. Cuanto más inmunizados estemos contra la hinchazón del orgullo, más llenos estaremos de amor. Y el que está lleno de amor, ¿de qué está henchido sino de Dios? Pero dirás: veo la caridad y la contemplo, en cuanto puedo, con los ojos de mi inteligencia, y doy fe a la Escritura, que dice: Dios es amor, y quien permanece en el amor, en Dios permanece; mas cuando en el amor reflexiono, no descubro la Trinidad. Ves la Trinidad si ves el amor. Si puedo, te haré ver que lo ves. Ella nos asiste para que la dilección nos conduzca a buen suceso. Cuando amamos el amor, por el hecho de amar, ya amamos algo que ama. Y ¿qué ama el amor para que sea amado el amor? El amor que no ama no es amor. Si se ama a sí mismo, es menester amar ya alguna cosa para que se ame el amor” (La Trinidad 8, 8, 12).
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