Él es el Dios-Amor

“Así como damos propiamente el nombre de sabiduría al Verbo único de Dios, aunque en sentido universal el Padre y el Espíritu Santo son sabiduría, allí llamamos por apropiación al Espíritu Santo amor, aunque en sentido ecuménico eran también amor el Padre y el Hijo… Luego el Espíritu Santo hace que permanezcamos en Dios y Dios en nosotros, y esta obra es del amor. Por consiguiente, Él es el Dios-Amor. Por fin, al repetir poco después que Dios es caridad, añade a continuación: El que permanece en el amor, en Dios permanece y Dios en él. Poco antes había dicho: Conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros porque nos dio de su Espíritu. Por consiguiente, el Dios-Amor es el Espíritu Santo. Cuando este Espíritu, Dios de Dios, se da al hombre, le inflama en amor de Dios y del prójimo, pues Él es amor. No puede el hombre amar a Dios si no es por Dios. Por esta causa dice san Juan: Amemos a Dios, porque Él nos amó primero. Y el apóstol san Pablo: La caridad de Dios se ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (La Trinidad 15, 17, 31).

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