Encontré dentro de ti tres cosas
“Basta con esto. No digo: El Padre es la memoria, el Hijo el entendimiento, el Espíritu Santo la voluntad. No lo afirmo; de cualquier manera que se entienda, no me atrevo. Dejemos estas cosas mayores para quienes puedan comprenderlas; débiles, hemos dicho lo que pudimos a otros débiles también. No digo que estas facultades hayan de equipararse a la Trinidad, como por analogía, es decir, estableciendo una cierta comparación. No digo eso. ¿Qué es, pues, lo que digo? Pues que encontré dentro de ti tres cosas que se manifiestan separadamente y obran inseparablemente. Y que el nombre de cada una de ellas ha sido obra de las tres, sin que, sin embargo, pertenezca a las tres, sino a una sola de ellas. Cree, por tanto, que existe en Dios, aunque no puedas verlo, lo mismo que has oído, visto y retenido en ti. Lo que existe en ti puedes conocerlo; pero ¿cómo podrás conocer lo que existe en quien te creó, sea lo que sea? Y aunque algún día pudieras, ahora no puedes todavía. Con todo, dado el caso que pudieras, ¿acaso podrás conocer tú a Dios como se conoce Él a sí mismo? Baste esto a vuestra caridad; lo que pudimos eso dijimos. Cumplimos la promesa a quienes nos lo exigen. Las restantes cosas que deberían añadirse para completar vuestros conocimientos, pedídselas al Señor” (Sermón 52, 23).
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