No puedes ver la divinidad

“La pupila humana no puede ver en modo alguno la divinidad, y los que la contemplan no son hombres, sino superhombres. Luego con pleno derecho se han de entender del Dios Trinidad las palabras bienaventurado y solo poderoso, que manifiesta en el tiempo oportuno la venida de nuestro Señor Jesucristo. La expresión: El único que posee la inmortalidad ofrece el mismo sentido que aquella otra: el único que obra prodigios. Desearía saber cómo la interpretan mis adversarios, pues si sólo al Padre la aplican, ¿cómo será cierta la afirmación del Hijo cuando dice: Todo lo que el Padre hace lo hace igualmente el Hijo? ¿Hay, por ventura, algo más prodigioso entre los prodigios que resucitar y vivificar los cadáveres? Pues el mismo Hijo dice: Como el Padre resucita a los muertos y los vivifica, así el Hijo vivifica a los que quiere. ¿Cómo obrará el Padre solo milagros, si estas palabras no permiten entenderlas del Padre solo, o del Hijo solo, sino del único verdadero Dios esto es, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?” (La Trinidad 1, 6, 11).

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