Dios mora en ti
“En los justos tendrán su morada el Padre y el Hijo juntamente con el Espíritu Santo; dentro de ellos morará Dios como en su templo. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo vienen a nosotros cuando nosotros vamos a ellos: vienen prestando su ayuda, vamos prestando obediencia; vienen iluminando, vamos contemplando; vienen llenando, vamos acogiendo; de modo que para nosotros su visión no sea externa, sino interna; y su permanencia en nosotros no sea transitoria, sino eterna. De esta manera no se manifiesta el Hijo al mundo; entendiendo aquí por mundo a aquellos de los cuales dijo a continuación: Quien no me ama, no guarda mi doctrina. Estos son los que jamás han de ver al Padre y al Espíritu Santo. Por un corto tiempo verán al Hijo, no para ser dichosos, sino para ser juzgados. Mas no le verán como Dios, que será invisible con el Padre y el Espíritu Santo, sino como hombre, que en su pasión quiso ser despreciado por el mundo, y será terrible en el juicio” (Comentario al evangelio de Juan 76, 4).
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