Es nuestra salud

“Y aquí es posible reciba alguna luz la cuestión que a muchos suele preocupar, a saber: por qué el Espíritu Santo no es Hijo, siendo así que salió del Padre, según se lee en los Evangelios. Salió como don, no como nacido, y por esto no se le llama Hijo, pues no es nacido como el Unigénito, ni renació por la gracia adoptiva, como nosotros. Lo que del Padre nace al Padre solo dice relación, como Hijo, y por eso se llama Hijo del Padre y no nuestro. Por el contrario, lo que se da dice relación al dador y a aquellos a quienes se da. Así, el Espíritu Santo se dice Espíritu del Padre y del Hijo, que lo dieron, y también nuestro, pues lo recibimos. El que da la salud se llama salud del Señor, y es también nuestra salud, porque la recibimos. El Espíritu es Espíritu de Dios, porque lo otorga, y nuestro, porque lo recibimos.” (La Trinidad 5, 14, 15).

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