Es un intrincado problema
“Siendo esto así, quiero que leas entre tanto todas las cosas que tengo escritas tocantes a la cuestión, y también otras muchas que tengo entre manos y que todavía no he podido exponer por la magnitud de este intrincado problema. Por ahora retén con fe inquebrantable que el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo son la Trinidad, pero un solo Dios; que no tienen en común como una cuarta divinidad, sino que esta es la misma e inseparable Trinidad; que sólo el Padre engendró al Hijo, y que sólo el Hijo fue engendrado por el Padre y que el Espíritu Santo es Espíritu del Padre y del Hijo. Si cuando piensas en esto te viene a las mientes alguna semejanza corporal, recházala, evítala, niégala, ahuyéntala, húyela. No es pequeño principio del conocimiento de Dios el conocer ya lo que Dios no es antes de que podamos saber lo que es” (Epístola 120, 3, 13).
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