La unidad sustantiva
“Sentemos como fundamental que todo cuanto en aquella divina y excelsa sublimidad se refiere a sí misma es sustancia, y cuanto en ella dice proyección a otro término no es sustancia, sino relación. Y tal es la virtud de esta unidad sustantiva en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, que todo lo que se predica en sentido absoluto de cada uno, no se predica en plural, sino en singular. Así decimos que el Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y nadie duda que Dios sea sustancia; sin embargo, no hay tres dioses, sino un solo Dios, que es la Trinidad excelsa… En resumen: cuanto atañe a la naturaleza de Dios, es decir, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, esto es, del Dios Trinidad, se ha de predicar en singular de cada una de las divinas personas, y no en plural; pues para Dios no es una realidad el ser y otra el ser grande, porque en Él se identifica el ser y la grandeza” (La Trinidad 5, 8, 9).
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