El Espíritu Santo
“Pero uno lo recibimos para existir, el otro lo recibimos para ser santos. De San Juan está escrito que vino en el espíritu y virtud de Elías. Se llama aquí espíritu de Elías al Espíritu Santo, que recibió Elías. Esto mismo se ha de entender de Moisés cuando le dice el Señor: Y tomaré del espíritu que hay en ti y se lo daré a ellos. Esto es, les daré del Espíritu Santo, que antes te había dado a ti. Si el don tiene su principio en el donante, pues de él recibe cuanto tiene, hemos de confesar que el Padre y el Hijo son un solo principio del Espíritu Santo, no dos principios. Pero así como el Padre y el Hijo son un solo Dios, y respecto a las criaturas son un solo Creador y un solo Señor, así con relación al Espíritu Santo son un solo principio; y con relación a las criaturas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo principio, como uno es el Creador y uno es el Señor” (La Trinidad 5, 14, 15).
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