“Con tu ayuda protectora sea mi juicio seguro y mi conciencia esté al abrigo de su influjo.
Hablando el Sabio de vos en el libro hoy conocido con el nombre de Eclesiástico, dice:
Muchas cosas diríamos sin acabar nunca; sea la conclusión de nuestro discurso: Él lo es todo.
Cuando arribemos a tu presencia, cesarán estas muchas palabras que ahora hablamos sin entenderlas, y tú permanecerás todo en todos, y entonces modularemos un cántico eterno, loándote a un tiempo, unidos todos en ti.
Señor, Dios uno y Dios Trinidad, cuanto con tu auxilio queda dicho en estos mis libros conózcanlo los tuyos; si algo hay en ellos de mi cosecha, perdóname tú, Señor, y perdónenme los tuyos”
(La Trinidad 15, 28, 51).
No hay comentarios:
Publicar un comentario