(Sermón 224).
Sed miembros de Cristo
"Ved que os habéis convertido en miembros de Cristo. Si consideráis en qué os habéis convertido, todos vuestros huesos dirán: Señor, ¿quién como tú? En efecto, nunca se puede considerar como se merece la condescendencia divina; ¿no nos fallan las palabras y los sentidos ente el hecho de que nos haya llegado la gracia gratuita sin mérito alguno precedente? Por eso mismo se llama gracia: porque se nos ha donado gratuitamente. ¿De qué gracia estoy hablando? De la gracia de ser miembros de Cristo e hijos de Dios; de que también vosotros sois hermanos del Hijo único. Si Él es Hijo único, ¿cómo sois vosotros hermanos sino porque Él es Hijo único por naturaleza y vosotros sois hermanos por gracia?... Oídme vosotros los bautizados, oídme vosotros los recién nacidos, escuchadme vosotros los regenerados por Cristo: os suplico por el altar al que os habéis acercado, por los sacramentos que habéis recibido, por el nombre que ha sido invocado sobre vosotros, por el juicio de vivos y muertos, os suplico, os conjuro y os obligo: no imitéis a nadie, a no ser a los que sabéis que son fieles como han de serlo"
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