(La Trinidad 6, 5, 7).

"La muerte no puso fin al amor
de Aquel que no se acabó con la muerte"
San Agustín
de Aquel que no se acabó con la muerte"
San Agustín
Centro de Espiritualidad Agustiniana
Monasterio de Santa María de la Vid
Imitar esa unidad
“También el Espíritu Santo subsiste en esta unidad e igualdad de sustancia. Ora se llame unión, santidad o amor de ambos… Y se nos preceptúa imitar esta unidad, ayudados por la gracia, en lo que a Dios y a nosotros mismos atañe. De estos dos preceptos penden la Ley y los Profetas. Y así las tres personas divinas son un solo Dios, grande, sabio, santo y bienaventurado. Nosotros, empero, sólo seremos felices en Él, con Él y por Él. Por su gracia somos unidad entre nosotros y un solo espíritu con Él, siempre que a Él se aglutine nuestro espíritu. Es un bien para nosotros adherirnos a Dios, pues pierde a todo el que le abandona. El Espíritu Santo es algo común al Padre y al Hijo, sea ello lo que sea. Mas esta comunión es consustancial y eterna”
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