Este es mi Hijo Amado, Escuchadle (Mt 17,5)
La voz de la montaña abre esta segunda semana de cuaresma. Es la voz de Dios que explica lo que se está viendo. Jesús en medio de Moisés y Elías, el blanco que les envuelve, las tres chozas... Todo ello son imágenes con múltiples significados.
Y entonces la Voz del cielo explica lo que se ve. "Este es mi Hijo Amado". Y todo cobra sentido.
Quien escucha la voz de Dios aprende a ver la vida como Dios la ve, a elegir los caminos de Dios, a ser fiel a su Maestro interior. A veces todo consiste en esto, en escuchar, en no tener el corazón endurecido.... Por eso en mitad del desierto la cuestión no es tanto caminar más o menos, llegar antes o después.... la cuestión es no separarse de quien nos guía, no endurecer el corazón, como les pasó a los hebreos en Meribá (Sal 95 y Sal 106). La cuestión radica en escuchar la voz de Dios
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