
Me habla dentro, "dentro", en lo interior, y me invita a huir de la mediocridad, a no caer en el juicio y el chisme, a quitarme el plomo de las alas, a orar mejor, a acudir al sacramento del perdón.
La Vid es todavía el remanso donde El me habla: a la orilla del rio, a la sombra de las choperas, a los pies de la Virgen...
Me habló siempre por el superior.
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