Sábado de la primera semana

No os acomodéis a este mundo,
antes transformaos con una mentalidad nueva,
para discernir la voluntad de Dios,
lo que es bueno y aceptable y perfecto.
.
(Rom 12, 2)








DE LOS "SERMONESDE SAN AGUSTÍN, OBISPO  (Serm. 216, 4)

La conversión es el paso necesario para alcanzar la vida eterna

Acercaos, pues, a él con corazón contrito, puesto que está cerca de los contritos de corazón, y os salvará a vosotros, los humildes de espíritu. Acercaos a porfía para que os ilumine (cf. Sal 33, 6). Vivís todavía en las tinieblas y las tinieblas moran en vosotros; pero seréis luz en el Señor (cf. Ef 5, 8) que alumbra a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1, 9). Fortaleceos frente al mundo, reformaos para Dios. Comience ya a hastiaros la cautividad babilónica. Ved que Jerusalén, la madre celestial, llena de alegría os sale al encuentro en los caminos, os solicita que deseéis la vida, que améis ver días buenos (cf. Sal 33, 13), esos de que nunca disfrutasteis ni disfrutaréis en este mundo. En él se disipaban, cual humo, vuestros días; su ir a más fue ir a menos, su crecer fue desfallecer y su ascender desvanecerse. Quienes vivisteis para el pecado durante muchos y malos años, desead vivir para Dios; no por muchos años, que alguna vez han de acabarse y que se apresuran a perecer en las sombras de la muerte, sino años buenos y cercanos en verdad a la verdadera vida, donde no sentiréis la fatiga de hambre o sed alguna, porque vuestro alimento será la fe y vuestra bebida la sabiduría. Ahora, poseyendo la fe, bendecís al Señor en la Iglesia; pero entonces, poseyendo ya la realidad, os regarán con toda abundancia las fuentes de Israel.


EN BREVE...Ponte a prueba también tú mismo. Desagrádete siempre lo que eres si quieres llegar a lo que aún no eres, pues donde hallaste complacencia en ti, allí te quedaste. Mas si has dicho: «Es suficiente», también pereciste. Añade siempre algo, camina continuamente, avanza sin parar; no te pares en el camino, no retrocedas, no te desvíes. Quien no avanza, queda parado; quien vuelve a las cosas de las que se había alejado, retrocede; quien apostata, se desvía. Mejor va un cojo por el camino que un corredor fuera de él. Vueltos al Señor... (Serm. 169, 18)

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