"Si Dios deja de poner a prueba, cesa de enseñar como maestro. Dios pone a prueba para enseñar"
(Serm 2,3)
La primera semana nos presenta la reflexión sobre la experiencia de la tentación. Se "pone a prueba" la calidad de nuestro amor, de nuestras elecciones, de los impulsos fundamentales de nuestra vida.
Puestos a prueba, como el hierro al fuego, golpeado una vez y otra para darle la forma adecuada.
La tentación es la escuela en la que nuestro corazón se va haciendo más corazón de Dios y menos corazón de piedra. Es la escuela que moldea y conforma el corazón a la medida de los Hijos de Dios.
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