"Todo él (el salmo) se le apliquemos a Cristo si queremos retener el camino del recto entender. No nos alejemos de la piedra angular para que nuestro entendimiento no desbarre y vaya a la ruina. Afiáncese en ella lo que con inestable movimiento se bambolea, apóyese en ella lo vacilante. Por grande que sea la duda que pueda suscitarse en el ánimo del hombre al oír la Escritura de Dios, no se aleje de Cristo. Cuando le hubiese sido revelado Cristo en las palabras de ella, comprenda que entendió, pues antes de llegar al entendimiento de Cristo no presuma haber entendido"
(Comentario al salmo 96,2).
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