Tienes mi manuscrito


"Esto viene a ser como si tú dijeses a alguno a quien algo prometes: No me crees; te lo consigno por escrito. Como pasa una generación y viene otra, y así transcurren estos siglos cediendo los mortales el paso a los que les suceden, por lo mismo, debió permanecer la Escritura de Dios y cierto manuscrito suyo para que cuantos pasasen lo leyesen y retuviesen el salvoconducto de su promesa. Dudan los hombres creerle sobre la resurrección de los muertos y el siglo futuro, lo que sólo falta ya de cumplirse. ¿Cuándo, tratando esto con los infieles, se avergüenzan los infieles? Dios te dice: Tienes mi manuscrito; prometí el juicio, la separación de los buenos y los malos, el reino eterno a los creyentes, ¿y no quieres creerme? Pues bien, lee en mi manuscrito todas las cosas que prometí; ven a cuentas conmigo, y, contando con lo que cumplí, puedes creerme que he de dar lo que debo. En el mismo manuscrito encuentras prometido a mi único Hijo, a quien no perdoné, sino que lo entregué por todos vosotros; cuéntalo ya entre lo dado. Prosigue leyendo el manuscrito; allí prometí que daría por mi Hijo la prenda del Espíritu Santo; cuéntalo ya entre lo dado"
(Comentario al salmo 144,17).

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