"Juntamente hemos sido comprados, por ambos se ha pagado el mismo precio. Se lean las tablas en que consta nuestro precio, el Evangelio, documento santo de nuestra compra. Lo abro y leo. ¿Qué abro? ¿Qué leo? El documento donde consta que hemos sido comprados, que somos hermanos y consiervos, que hemos sido constituidos en unidad. No calló lo que compró Cristo, no sucediera que alguien le quitara su propiedad y pusiese en su lugar otra. En ningún modo calló el objeto de su compra. Abre las tablillas y lee; se legalizaron los documentos, no compró sin hacer escrituras, previó que en el futuro iban a aparecer calumniadores"
(Sermón 340 A, 11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario