"No me miréis a mí, sino mirad a la Palabra de Dios. No os enojéis con vuestros medicamentos; no hallé otro sitio por donde pasar. Llegué como hombre a la quinta cuerda al tocar el salterio de diez cuerdas. ¿Iba a pasar por alto la quinta? Por el contrario, tenía que pulsar con más fuerza; ya que veo que en ella cae casi todo el género humano, en ella veo que hay que trabajar más"
(Sermón 9,11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario