Por la Palabra somos dioses


"Si la palabra de Dios en los hombres pudo hacer que se llamasen dioses, ¿cómo no ha de ser Dios el Verbo de Dios, que está en Dios? Si por la palabra de Dios son dioses los hombres, si son dioses por participación, ¿no será Dios aquel de quien participan? Si las luces encendidas son dioses, ¿no será Dios la luz que las enciende? Si los calentados con el fuego de salud se convierten en dioses, ¿no será Dios el fuego que les da el calor? Si te acercas a la luz eres iluminado y te cuentas entre los hijos de Dios; se te apartas de la luz, te oscureces y te hallas en tinieblas; pero aquella luz no se acerca a sí, porque no se aparta de sí misma. Si, pues, a vosotros os convierte en dioses la palabra de Dios, ¿cómo no ha de ser Dios el Verbo de Dios?"
 (Comentario a Juan 48, 9).

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