Busca a tu hacedor

"¿Por qué pensaste eso? ¿Por qué has juzgado así ¿Quién eres tú para decir: soy justo en la presencia del Señor? En presencia del Señor dijiste: soy justo. Dos cosas son reprensibles en el hombre: una, afirmar tanto orgullosa como falsamente que uno es justo, incluso según los criterios humanos de justicia; otra: nunca puede decirse con verdad, por parte del hombre, que es justo en presencia de Dios, en cuya comparación cualquiera es malo… La finalidad de estos sufrimientos es la búsqueda de Dios, para que los gritos no caigan en el vacío. Las palabras me hizo son toda una afirmación de que nunca abandonará Dios al que busca a su Hacedor… Claman a voz en grito porque no son felices entre las maldades de este mundo. Pero el Todopoderoso en persona no pierde de vista a los que obran la justicia, y me salvará. Al igual que el que sondea las intimidades del corazón se fija en los que obran, así también salva con la salvación que él ve en la intimidad. Cosa que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre lo que Dios tiene reservado para quienes le aman. Por eso aunque sufra quebranto la vana salud de los hombres, el Padre que ve en lo escondido acude a ampararlos en su angustia" 
(Anotaciones a Job, 35).

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