(Sermón 66, 3).
Hablas como pregonero
"¿Qué dices, Juan? ¿A quién hablas? ¿Qué hablas? Hablas al juez y hablas como pregonero. Tú extendiste el dedo, tú lo mostraste, tú dijiste: He ahí el cordero de Dios, he ahí el que quita los pecados del mundo. Tú dijiste: Todos nosotros recibimos de su plenitud. Tú dijiste: No soy digno de desatar la correa de su calzado. ¿Y ahora dices: Eres tú el que vienes o esperamos a otro? ¿No es el mismo? ¿Y tú quién eres? ¿No eres tú su precursor? ¿No eres tú aquel de quien se profetizó: He ahí que envío mi ángel ante tu faz, y preparará tu camino? ¿Cómo preparas el camino si te desvías? Llegaron, pues, los discípulos de Juan y el Señor les dijo: Id y decid a Juan: los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, los leprosos curan, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. ¿Y preguntas si soy yo? Mis palabras, dice, son mis obras. Id y contestad. Y ellos se marcharon"
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