Dios goza de estabilidad

"No debes increpar a aquel cuyas obras no comprendes. ¿Quién se atreve a decirle: qué has hecho? También esto está bien hecho si es que lo ha hecho Dios, porque Dios no puede hacer cosas si no las hace bien. Él conoce a fondo las obras de los malvados, su obrar no es fruto de la maldad. Por eso, pretende que se entienda que este, a quien considera malvado, reprendió a Dios de manera insensata, pues pensó que él hablaba así. Pero el hombre actúa de manera distinta, con palabras de duda y vacilación: unas veces le satisface Dios, otras le resulta algo desabrido, como si Dios no gozara de estabilidad. Y el hombre nacido de mujer será como el asno salvaje en el desierto: respirando ansias de libertad, incapaz de aguantar al que trata de dominarle o domarle" 
(Anotaciones a Job, 11).

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