(Sermón 289, 5).
Crezcamos en Dios
"Mengüemos en el hombre, crezcamos en Dios. Humillémonos en nosotros para ser exaltados en Él. El misterio tan grande aquí encerrado se cumpliótambién en las pasiones de ambos. Para que el hombre se humille, Juan perdió lacabeza; para que Dios sea exaltado, Cristo fue colgado del madero. Juanfue enviado para que le imitemos y nos aferremos a la Palabra. Por mucho que sejacte la soberbia humana o por grande que sea la excelencia de la propiasantidad, ¿quién será lo que Juan? Seas quien seas tú que tan grande teconsideras, no eres como Juan. Aun no había nacido y, exultando de gozo en elseno, anunciaba ya el nacimiento del Señor. ¿Hay santidad más excelente queesta? Imítalo"
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