(Comentario al Salmo 34, s.1, 14-15).
Tú eres mi protector
"Dame, si quieres darme aún en esta vida, lo que busco; si no quieres, sé tú mi vida, pues es siempre a quien busco. ¿Saldré de este mundo dirigiéndome a ti con la frente erguida si hubiera adorado a otro y te hubiera ofendido a ti? Quizá moriré mañana; ¿con qué cara me presentaré a ti? Grande es su misericordia, puesto que amonesta que vivamos bien y nos oculta el día de nuestra muerte… ¿Quién es tu apoyo si no es el Señor, a quien dices: Señor, tú eres mi ayudador y mi protector? Si quieres presumir de tus fuerzas, caerás en lo que presumiste. Si no quieres recibir ayuda de otro, pretende dominar. Uno solo debe ser buscado: aquel que rescató y libertó y dio su sangre para comprar y hacer a sus siervos hermanos"
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