(Comentario al Salmo 21, 2, 5).
Él nos restaura
"Decid siempre: Deo gratias. Aquí hay una gran multitud, y los que no suelen venir acudieron; a todos digo que el cristiano colocado en la tribulación es probado si no abandona a Dios. Cuando al hombre le va bien, se olvida que es cristiano. Se prendió fuego en el horno, y el horno del artífice es un gran misterio; allí hay oro, hay paja; allí el fuego obra en lo interior. Aquel fuego no es distinto y obra de distinto modo; convierte la paja en ceniza y despoja el oro de impureza. En quienes habita Dios, sin duda en la tribulación se hacen mejores al ser probados como el oro. Si acaso el diablo enemigo pide probar a algún hombre y se le concede probarle o con algún dolor corporal, o con algún daño terreno, o con pérdida de los suyos, tenga el corazón fijo el probado en Aquel que no se aparta de él, pues si parece que aparta su oído del que llora, sin embargo ofrece su misericordia al que suplica. El que nos hizo, sabe lo que debe hacer; lo sabe y nos restaura. El arquitecto que edificó la casa es excelente; si algo se hubiere derruido allí, sabe repararlo"
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