(La Trinidad 1, 8, 18).
Adeliciarnos en el Dios Trinidad
“A causa de esta inseparable unidad, basta, a veces, nombrar al Padre solo, o al Hijo solo, para significar que su rostro nos abastecerá dealegrías. No podrá ser excluido de esta unidad el Espíritu de ambos, es decir, el Espíritu del Padre y del Hijo. Este Espíritu Santo se dice Espíritu de verdad, que el mundo no puede recibir. Nuestro gozo será plenitud al adeliciarnos en el Dios Trinidad, a cuya imagen hemos sido creados. Por eso se habla, alguna vez, del Espíritu Santo como si bastase para nuestra bienandanza, y basta porque es inseparable del Padre y del Hijo; como también es suficiente el Padre, pues no puede existir separado del Hijo y del Espíritu Santo; como asimismo es suficiente el Hijo, por estar inseparablemente unido al Padre y al Espíritu Santo”
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