"El nombre de Dios es más dulce a sus amantes que todas las dulzuras. Y esperé en tu nombre, porque es dulce. ¿A quién demuestras que es dulce? Preséntame un paladar al cual sea agradable. Alaba cuanto puedas la miel, encomia como puedas su dulzura... Si alabas la dulzura del nombre de Dios, por mucho que la ensalces, con todo, siempre son palabras. Las palabras de alabanza las oyen, asimismo, los impíos, mas sólo gustan los santos lo dulce que es Dios"
(Comentario al salmo 51, 18).
No hay comentarios:
Publicar un comentario