Os manifestaré al Padre

“Cuando Cristo haya consignado el reino al Padre, es decir, cuando haya conducido los creyentes, que viven ahora de fe, por los cuales intercede como mediador, a la contemplación, por la cual gemimos y suspiramos; pues pasado el trabajo y terminada la fatiga, ya no intercederá por nosotros. Tal es el sentido de las palabras que siguen: Esto os lo he dicho en parábolas; llegará la hora en que ya no os hablaré más en enigmas, antes claramente os hablaré del Padre. Que fue decir: cesarán las semejanzas cuando la visión sea cara a cara. Cuando dice: Claramente os hablaré del Padre, es como si dijera: Os manifestaré claramente al Padre. Y dice: hablará, porque es su Verbo. Sigue el texto: Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el mismo Padre os ama, porque vosotros me amáis y creéis que yo he salido de Dios. Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y voy al Padre…Los que esto creen, dignos son de pasar de las sombras de la fe a las claridades de la visión, cuando el Hijo consigne el reino al Padre. Los fieles redimidos con su sangre son este reino de Cristo, por los cuales ahora intercede; pero al arribar a la etapa final, donde es igual al Padre, les hará adherirse a Él y no intercederá por ellos. El mismo Dios, dice, os ama. Intercede ahora como inferior, entonces escuchará con el Padre en cuanto igual… La fe nos conducirá a la visión, porque nos amará tales como quiere que seamos” 
(La Trinidad 1, 10, 21).

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