(La Trinidad 1, 10, 21).
Os manifestaré al Padre
“Cuando Cristo haya consignado el reino al Padre, es decir, cuando haya conducido los creyentes, que viven ahora de fe, por los cuales intercede como mediador, a la contemplación, por la cual gemimos y suspiramos; pues pasado el trabajo y terminada la fatiga, ya no intercederá por nosotros. Tal es el sentido de las palabras que siguen: Esto os lo he dicho en parábolas; llegará la hora en que ya no os hablaré más en enigmas, antes claramente os hablaré del Padre. Que fue decir: cesarán las semejanzas cuando la visión sea cara a cara. Cuando dice: Claramente os hablaré del Padre, es como si dijera: Os manifestaré claramente al Padre. Y dice: hablará, porque es su Verbo. Sigue el texto: Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el mismo Padre os ama, porque vosotros me amáis y creéis que yo he salido de Dios. Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y voy al Padre…Los que esto creen, dignos son de pasar de las sombras de la fe a las claridades de la visión, cuando el Hijo consigne el reino al Padre. Los fieles redimidos con su sangre son este reino de Cristo, por los cuales ahora intercede; pero al arribar a la etapa final, donde es igual al Padre, les hará adherirse a Él y no intercederá por ellos. El mismo Dios, dice, os ama. Intercede ahora como inferior, entonces escuchará con el Padre en cuanto igual… La fe nos conducirá a la visión, porque nos amará tales como quiere que seamos”
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Amor de Dios,
Padre,
Trinidad
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