(Sermón 113, 6)

"Pero si la ira ha permanecido en el pecho, expúlsela ahora,"
San Agustín
San Agustín
Centro de Espiritualidad Agustiniana
Monasterio de Santa María de la Vid
Somos su heredad
"¡Oh Señor, Dios mío!; para que lleguemos a ti, haznos felices con tu felicidad. No queremos la que procede del oro, ni de la plata, ni de las fincas; no queremos la que procede de estas cosas terrenas, vanísimas y pasajeras, propias de esta vida caduca. Que nuestra boca no hable vanidad. Haznos dichosos de no perderte a ti. Si te poseemos a ti, ni te perdemos, ni perecemos. Haznos dichosos con la dicha que procede de ti, porque dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. Tampoco Él se aíra si llegamos a decir que Él es nuestra finca, nuestra posesión. Leemos que Dios es la parte de mi heredad. Cosa sublime, hermanos; somos su heredad y es nuestra heredad, porque nosotros le adoramos a Él y Él nos cultiva a nosotros. No significa para Él ninguna afrenta el cultivarnos, porque si nosotros le adoramos a Él como nuestro Dios, Él nos cultiva a nosotros como campo suyo. Y para que sepáis que Él nos cultiva, escuchad a aquel que nos envió: Yo soy, dijo, la vid y vosotros los sarmientos; mi padre es el agricultor. Luego nos cultiva. Si damos fruto, prepara el hórreo; si, por el contrario, quisiéramos permanecer estériles con tan experto agricultor, y en lugar de trigo produjéramos espinas... No quiero decir lo que sigue"
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