(La trinidad 14, 12, 15).
Honra al Dios increado
“Esta trinidad del alma no es imagen de Dios por el hecho de conocerse el alma, recordarse y amarse, sino porque puede recordar, conocer y amar a su Hacedor. Si esto hace, vive en ella la sabiduría; de lo contrario, aunque se recuerde a sí misma, se comprenda y se ame, es una ignorante. Acuérdese, pues, de su Dios, a cuya imagen ha sido creada; conózcale y ámele. Y para decirlo más brevemente: honre al Dios increado, que le hizo capaz de Él y a quien puede poseer por participación; por esto está escrito: ¡Mira! El culto de Dios es sabiduría. Y no lo es por su luz propia, sino por participaciónde la luz suprema, do reinará eternamente feliz. Y, en este sentido, la sabiduría del hombre es también sabiduría de Dios. Sólo entonces es verdadera; porque, si es humana, es vanidad”
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